jueves, 30 de abril de 2009

cuento de navidad

Impulsado por una necesidad básica y egoísta de poder trasmutar aunque sea un poco del dolor acumulado estos días frente al televisor o a las páginas del diario, decidí participar de la marcha en repudio por los crímenes y el genocidio perpetrado contra los habitantes de Gaza.Al finalizar los actos realicé una intervención sobre una placa conmemorativa de una de las tantas víctimas del 20 de diciembre de 2001, simbolizando la unión de dos diciembres tan distantes en tiempo y espacio, unidos sólo por la sangre inocente derramada.
Si algo nos cuesta poco a los humanos es corromper y dejarnos corromper en nombre de "ideales". Allí donde el poder ciega y distorsiona echando sus profundas raíces, comienza a corromper sin temor, descaradamente, sin distinción de ciudadanía, de raza o de religión.Desde tiempos sin memoria y en nombre de ideales como "libertad", "verdad", "justicia", "Dios", prosperan impunes crímenes, horrores, masacres, infiernos... como si cada gota de sangre derramada por estas "causas justas", siempre justificables, no fuera acaso la propia...Pasan los siglos y seguimos sin comprender que lo sagrado y los justo dejan de serlo cuando justifican el crímen... y que ya no hay peor infierno que esa tierra manchada por la sangre de inocentes.Que distantes parecen las palabras compasión y tolerancia... tan simples, tan puras, tan abiertas para todas y todos...


No hay comentarios:

Publicar un comentario