jueves, 30 de abril de 2009

aún con los ojos cerrados

Performance e intervención urbana realizada el pasado 3 de diciembre de 2008, Día internacional de las Personas con discapacidad, en una estación céntrica de subterráneo, el medio de transporte público menos accesible e inclusivo de Buenos Aires.
Para desarrollar esta acción pasiva o no acción, me ubiqué en un banco del andén y cubrí mis ojos con una venda negra que llevaba dos pequeños espejos en el lugar de la mirada, mientras que en mis manos sostuve un cartel con el siguiente texto escrito:

“Aún con los ojos cerrados, aún decidiendo ignorar, la realidad se espeja en nosotros.
Más de 500 millones de personas en todo el mundo portan alguna discapacidad de tipo física, mental o sensorial, lo que constituye el 10% de la población mundial.
Cada día se suman a esta estadística alrededor de 25.000 personas, es decir un total anual de 10.000.000 de personas que adquieren una discapacidad moderada o severa.
En Argentina viven 2.200.000 personas con discapacidad, representan el 7,1% de la población total del país.1 de cada 5 hogares alberga al menos una persona con discapacidad (20,6%).
Todas y todos podemos ser sólo una cifra; todas y todos podemos SER plenos en la diversidad, vos decidís hacia donde construir la realidad.”




En esta dinámica, la relación más intensa se dio con las personas que permanecían dentro de los vagones cuando el subte paraba en la estación, debido a que quedaban del otro lado de una ventana que les ofrecía apenas un instante para contemplar un acontecimiento extraño, siendo que la mayoría de las personas que descendían hacían un esfuerzo por ignorarme. Esto encarnó una metáfora muy concreta acerca de cómo en la mayoría de los casos nos dejamos sensibilizar sólo con aquello que nos permite una distancia (como la realidad recortada y desfigurada que nos plantea la televisión), y no la realidad que nos sale al encuentro.
Un punto muy especial dentro de la acción fue la participación espontánea del artista Familia Reggae, quien se encontraba brindando su arte en el subte y que al ver la performance se acercó a sumar su sensibilidad y su fraternal poesía. Familia compartió conmigo la historia de un proyecto de chicos con discapacidad que conoció hacía un tiempo y quienes lo inspiraron a escribir una canción. En un gesto que le brindó a la intervención su sentido más potente este artista urbano se sumó a la performance cantando la canción y demostrando que el arte, por sobre todas las cosas, es un punto de encuentro.
Gracias Familia por demostrarme que una nueva realidad ya esta siendo posible, que sólo tenemos que salirnos al encuentro.
http://www.familia.ar.tc/

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