lunes, 18 de julio de 2011

Performance "Soulbook"/ E.P.I. (Encuentro Independiente de Performance), Lota, Chile.

Acción “Soulbook”

“¿No consideras que eres un microcosmos,
Que contenido en ti está el macrocosmos,
Y tú eres el Claro Libro de la Existencia?”

Amir al-Mo’menin Ali

Introducción

Soulbook es una performance enmarcada en una serie de acciones concebidas para ser desarrolladas en microespacios y en contacto directo e íntimo con pocas personas. Privilegiar el espacio de interacción y el encuentro profundo con el otro es para mí esencial a la hora de abrir una acción. En este caso, el resultado de esa acción tuvo además un anclaje y un señalamiento imborrable en mi propio cuerpo.
Frente a la múltiple, impuesta e infecunda tendencia a la exposición impulsada por el sistema hegemónico de la posmodernidad y el consumismo, creo en la intimidad como espacio de subversión y transformación.

  
Fundamentos

Siento y deseo entender la performance, por sobre todos sus potenciales, como un arte de vínculos, como un nexo, un broche que liga momentáneamente percepciones, acciones, sentimientos, propuestas, deseos, entre quien abre el juego y los que luego co-construirán el sentido pleno de las fuerzas y signos movilizados.
Apostar a un arte de vínculos en una época donde los vínculos vigorosos y comprometidos se han caído o penden de un hilo, plantea para mí un desafío que necesito asumir para seguir creyendo en las construcciones sociales, comunitarias, filiales y amorosas como ejes de transformación de la realidad.

La era “Facebook” donde la amistad, el encuentro y el intercambio son mediados por palabras vaciadas de sentido y “rostros sin alma”, impostados y deshabitados de un contenido humano, nos lleva a “posar” constantemente de cara a una realidad sin tiempo, sin raíz, sin deseo. Este y otros tantos sistemas de “encuentro” funcionan desde y proponen una dinámica donde la realidad se convierte en un espacio baldío y en la mímica de un ahora que sólo existe para ser observado fugazmente en un futuro congelado dentro de una imagen digital.
Desterrados del presente, con el goce disparado hacia un tiempo hipotético y contactando la realidad mediante artilugios sin “tripas ni corazón”, nuestras capacidades para socializar y empatizar con los otros comienzan a secarse, a destejer las redes neuronales que durante siglos fueron expandiendo nuestras capacidades de alteridad y complicidad humana.
Y por este sendero parece también ir el arte. Un arte sin aquí y ahora, pensado y sentido para “la foto”, para la representación, para el dossier, para acomodarse dentro del concepto, para la academia, para el catálogo, para el website, para un álbum de Facebook, para lo fijo y estéril, para la nada.
Para mí es vital generar al respecto una “contracorriente”. Por eso esta acción se desarrollará desde el encuentro cercano, con el único registro del equipo del E.P.I. e intentado abrir un espacio fecundo y duradero, donde quienes la llevemos adelante podamos crear un paréntesis, una semilla de verdadero 
encuentro de almas, con rostros y gestos que nacen de nuestra más viva humanidad. 


 Crónica 

Como en cada performance, este bosquejo reúne pinceladas de intuiciones que solté durante la acción y que tomaron su propio camino en el encuentro con el espacio, su gente y su tiempo.

-En una primera etapa de diálogo interno con la ciudad de Lota, elegí y recorrí un trayecto desde el muelle viejo hasta el Centro Cultural El Caserío para integrarme a su paisaje y su memoria. Sin dudas este recorrido tenía una fuerte potencia evocativa y simbólica por sí mismo. Cubrí mi piel con arcilla de Lota mezclada con arena y agua de mar para fundir mi piel con la piel de la ciudad. La idea original era desarrollar a lo largo del trayecto una escritura en la tierra con diversos objetos naturales o residuales que encontrara, creando señalamientos y "escrituras" en las calles con estos objetos (piedras, ramas, basura, etc.) Esta escritura/diálogo con elementos desestimados del paisaje me permitiría vincularme con el entorno e ir generando un relato efímero (en tanto expresión de land-art) de mi encuentro con la ciudad. Los dos primeros objetos que encontré fueron un trozo de carbón y una gran tuerca oxidada que até a mi cuello, como amuletos y testigos susurrantes del pasado de Lota. Al comenzar el recorrido en la playa encontré también una pequeña piedra que me invitó a escribir en la arena la siguiente frase: "una escritura eterna entre memoria y deseo".
-Llegando al muelle encontré otra piedra, esta vez una gran piedra negra que me invitó a cargarla como a un bebé y con la que comencé a caminar en brazos. Al dar los primeros pasos la piedra se fue re-significando continuamente dentro de mí y supe que ya no podría soltarla ni tomar otro objeto. De la imagen del bebé/semilla pasó a la imagen de un cuerpo muerto o agonizante, comprendí entonces que en esa imagen se estaba cristalizando un duelo que quizás la comunidad de Lota aún no había realizado con vigor conciente: el de su pasado, duelo necesario para poder parir un nuevo deseo, una nueva y propia imaginación de ciudad.
-Al finalizar el recorrido por las escalinatas que conducían desde el Lota Alto hasta el Caserío, encontré dos rosas blancas que sumé a la acción y que confirmaron el carácter de esta peregrinación. Una vez en el Caserío deposité la piedra negra en cantero de la puerta, transformándola en semilla y luego de besarla puse encima las rosas blancas.
-Habiendo transitado la memoria del paisaje di media vuelta y comencé a caminar dentro del “público”. Extendí mis manos a una chica y un chico que no conocía y los invité en silencio a acompañarme al Caserío a realizar la segunda etapa de la acción. Ya casi no soltamos las manos hasta finalizar la acción.
-Ingresamos en un espacio aparte, en intimidad, en el primer piso del Caserío, donde nos aguardaba Daniel Campos y su asistente con su set de tatuaje. Sólo pudieron acompañarnos las dos personas encargadas del registro oficial.
-Pregunté a los chicos sus nombres completos y luego iniciamos un diálogo acerca de nuestras vidas. La charla no fue planificada sino que fue sugerida por la propia fuerza de este encuentro, con su frescura, nervios, mi torpeza, las risas, y ciertas complicidades en danza. Nuestras palabras escribían en el aire el libro de nuestras almas.
-Mientras tanto el artista Daniel Campos tatuaba en mis espaldas los nombres de los dos jóvenes: Ana Arévalo (de 14 años) y Aarón Sanhuesa (de 15 años). Desde ya que ambos estaban al tanto que Daniel Campos iba tatuando mi espalda durante la conversación, pero no podían percibir qué se estaba tatuando. Sólo sentían a través de la vibración de mi cuerpo tallado por el torno, la propia vibración de la grafía de sus nombres en el encuentro con mi piel.
-Los chicos también me preguntaron sobre mi vida y sobre mi motivación para dedicarme a la performance. Fue precisamente mientras charlábamos de este tema y sobre nuestros deseos personales que Daniel Campos me avisó que el tatuaje ya estaba terminado.
-Cuando acabamos de charlar me dí vuelta y les agradecí la posibilidad de compartir esta acción con ellos, y les conté que como anclaje de este encuentro llevaría sus nombres tatuados para siempre. Fue un momento muy emocionante que no puedo reproducir en palabras.
-Es probable que mis espaldas sigan siendo las páginas donde se escriban e inscriban distintos encuentros de almas.


Soulbook
Acción concebida especialmente para ser desarrollada especialmente en E.P.I.
Locación: Ciudad de Lota, Chile
Creación y realización: Luis Eduardo Martínez, Lemu.
Participación especial y arte de tatuaje: Daniel Campos (13 agujas)
Registros: Mario Moreno Krauss, Carla Pino Wallace, Javiera Silva.
Colaboración en los preparativos: Santiago Cao
Locación: Ciudad de Lota, Chile (25 de mayo de 2011)

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